jueves, 29 de marzo de 2012

La visita del Papa.

Los que me conocen, saben que no soy un católico practicante. Soy más bien agnóstico cristiano (por más raro que suene). También saben que creo mucho en Dios, en Cristo y en ese "algo" que debe haber, aunque no creo que defina nuestro destino.

Dicho esto, se preguntarán: "Entonces, que hace este guey escribiendo sobre la visita del Papa?". Pues se preguntan bien, porque yo también lo hice!... Y me respondí: "Porqué no?, si cualquiera (al parecer) puede opinar sobre dicha visita!". Y, entonces, descubrí que no iba a escribir sobre la visita, sino sobre las reacciones (diversas) que causó.

Primero quiero decir que me parece intrascendente, sin sustancia y casi herético andar comparando cuál visita de qué Papa causó más expectación. Me dolió ver el morbo asociado a la poca (según esto) convocatoria que iba a tener Benedicto y que la sombra de Juan Pablo siempre iba a rondar sobre su visita. Me dará gusto ver a la grey católica volcada hacia su principal Pastor. Estoy seguro que los hará felices y eso debe ser siempre bienvenido.

Es claro que Juan Pablo II fue un ícono para México (beatificó a Juan Diego, por ejemplo) no sólo por su carisma, sino por la cantidad de veces que vino y la veneración que le profesaba el pueblo católico de México y viceversa. Pero, precisamente por lo claro, es mórbido hacer comparación sobre popularidades. Al menos esa es mi opinión.

Pero la reflexión de hoy no va encaminada hacia la religión sino (como casi siempre) hacia nosotros mismos. Haiga sido como haiga sido (como diría un filósofo neopostmoderno) me parece que el encono entre la sociedad por la visita papal refleja el nivel mexicano para poder hacer un relajo donde no lo hay ó, al menos, donde no lo debería haber.

Se oyeron voces, inmediatamente, en contra de la visita papal. Que si porque el Padre Maciel fue un animal, que si porque se van a gastar pinchemil millones en la visita, que si porque el gobierno puso dinero, que di porqué el gobierno NO puso tanto... bueno, qué capacidad tenemos para armar alboroto de la nada, fregao. Si hubiera deporte olímpico para armar panchos, seguro nos llevaríamos la de oro!

Es increíble ver cómo gente "opinadora" (bolas!, ya me voy a meter un autogol!) tiene la capacidad de nunca estar de acuerdo con lo que sea. No importa si, de entrada, estaba de acuerdo: si no es políticamente correcto, pues no estoy de acuerdo... o, peor aún, si no es políticamente correcto, a huevo ahora sí lo estoy! Somos un bote de cangrejos irrespetuosos.

Porque lo de menos es decir lo que uno piensa... para eso existe libertad de culto y de expresión, faltaba más!; el problema es querer, por la fuerza (verbal o física) imponer nuestra verdad. El encono... no lo entiendo. Hasta lo que no comemos nos hace daño.

Yo puedo estar de acuerdo en que Jesús no hubiera estado de acuerdo en que se gastaran 146 millones de pesos en la visita papal... pero esa es una suposición mía! No la verdad histórica ni la opinión expresa de Jesús!... por ende, de donde sacaría cualquiera la autoridad religiosa para hablar a nombre del Nazareno, con tanta verdad en boca? Que si el gobierno los debió poner o nó?... Se me andan ocurriendo, así de botepronto, como doscientos proyectos en los que se han gastado mas y que los acérrimos críticos de la visita no sólo no reclaman, sino que algunos fueron cómplices. No digo, insisto, que no importa; lo que digo es que si queremos arreglar el despilfarro del dinero también hay muchas cosas para protestar. Ojalá que se haga con la misma enjundia.

Podría estar de acuerdo también que la visita papal será (como se vislumbra que será) un bálsamo para un montón de gente. Ni que decir de eso. Pero tampoco creo que ellos (por más católicos) puedan hablar con la misma autoridad religiosa en nombre de Jesús, el Papa y demás huestes religiosas. Hay que entender también que hay gente que le duele lo que se gastó. Ni hablar.

En fin, que me daría gusto saber (como estoy seguro que será) que esta mini-Cristiada quedará en dimes y diretes y que cada quien saldrá con lo que quiera salir de esta visita. Lo que no me da gusto, desde ya, es ver a hermanos (no de religión sino de país) que, en lugar de ver cómo nos apoyamos unos a otros en momentos cuando es necesario, seguimos viendo como imponemos nuestra verdad sobre la verdad ajena. Como le demostramos al de enfrente lo estúpido que es, mientras le convenzo (por la buena o por la mala) que se una a mi línea de pensamiento.

No creo que esto nos lleve a la sublimación del país. "Más mejor" al contrario.

Bienvenido el Papa, bienvenido Obama (que aquí lo vemos como el anti-Papa), bienvenidos los turistas, bienvenidos los católicos, bienvenidos los judíos, bienvenidos los musulmanes, bienvenidos los ateos, bienvenido Peña, bienvenida Josefina, bienvenido el Peje, los ultraderechistas, de centro y ultraizquierdistas... bienvenido quien venga, siempre y cuando venga en son de paz y con el verdadero y legítimo afán de aportar. Eso es lo que pienso.


QUE TAL DURMIÓ? MMDLVIII (2,558)
Dicho lo de arriba, aclaro que no entiendo cómo duermen todos aquellos que supieron las acciones del Padre Maciel (y de muchos otros, pero tomemos a Maciel como ejemplo, por su jerarquía) y no dijeron nada. Como duermen?


MATAME ESTA...
Yo sé que la lógica sería poner la de "Tu eres mi hermano del alma, realmente el amigo...", pero como ya me conocen, y tomando en cuenta que estábamos hablando de lo poco civilizados que somos y, además acabé con "Eso es lo que pienso"... me acordé de otra de Roberto Carlos que, por más cursi (y Arjonesca) que sea, me parece que aplica: EL PROGRESO.

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