De Padres, Hijos y Hermanos putativos.

Antes de que venga el F.B.I, haga que me trague por anticipado la S.O.P.A o me fume a fuerza la P.I.P.A. y me haga lo mismo que a Megaupload, me apuro a escribir estas líneas.

NO TENGO MADRE (Bófonos!... La República se pone trémula y guarda un minuto de silencio). Lo digo de manera literal. El siguiente miércoles cumpliría 77 años ella, si no fuera porque hace unos días cumplió 24 años de muerta. Tenía yo 16 años (violines suenan en lontananza) y no fue sencillo pasarse el trago amargo.

Supongo que todos hemos tenido que tragarnos ese sorbo metafórico de jugo de cicuta. Unos más jóvenes, otros más tarde en la vida. Unos perdiendo padres, otros hermanos, otros (lo peor) hijos. Lo único seguro es que algo de eso hay que tragarse y aprender a vivir con ello y a sobrevivir con los recuerdos.

Cierto también es que, por más doloroso que sea, todo lo que se va deja un vacío. Pero no sólo deja ese vacío incapaz de llenarse y que siempre nos remitirá al sollozo, a la nostalgia. También deja un pedacito libre... un hueco donde cabe más gente; donde cupieron, en su momento, las personas (por ejemplo) que no esperaba ver en el velorio de mi madre (harta gente fue, debo de ser sincero... todavía más sincero: en el medio del dolor me dio un gusto enorme verlos -he de confesar-), donde cupieron después amigos y, más importante todavía, cupieron más madres, más padres, más hermanos (putativos todos... sobre todo los hermanos!). De ahí el título del artículo.

Hace unos días pregunté sobre "Don Bill", hombre que me llevó (en su carrito) por el mundo del golf. Compañero de juego de mi papá y un sabio a la hora de dar autoestima a un pre-puberto (léase, yo). Me preguntaba:
- Carlitos, qué fierro tiramos de aquí? Son 110 yardas.
- Péguele un 5 -decía yo con ínfulas de sabiduría, autoridad y sobrada confianza (que me daban el ser el chofer del carrito de Don Bill), aunque con muy mal cálculo golfístico-.

Tomaba el fierro Don Bill y le pegaba a la bola. Si la regaba, me volteaba a ver y me decía: "Le pegué mal, perdón Carlitos"... si le pegaba bien y la dejaba dada me decía: "que buen consejo me diste, Carlitos" y la chocaba conmigo. Con el paso del tiempo me he dado cuenta que nunca agarró el 5, sino el Pitching! Y que sus comentarios no llevaban otro afán que ayudar en su crecimiento y dar seguridad a un escuincle que, al paso de los años, no deja de agradecérselos.

Bueno, pues que pregunté hace un par de días por él y me dicen que ya murió. Y que me reviento otro trago de cicuta. Y que me acuerdo de todos los Don y Doñas Bill que han pasado por mi vida.

No recrimino nada a mis padres y agradezco el amor que me han dado (hasta la fecha, el de mi padre). Pero, como sea, pues soy sangre de su sangre... que le van o iban a hacer? Pero, ¡ah, méndigo!, como agradezco el cariño de mis padres que no fueron de sangre. De los padres de mis amig@s. Que manera de aguantarme! El cariño de mis herman@s, no sólo l@s de sangre sino l@s de alcohol.

Y pasan por mi mente muchos... y estoy tentado a escribirlos... y me detiene el miedo al darme cuenta la cantidad de ellos y la seguridad que la voy a regar al olvidarme de alguno. Y me regocijo por dentro, por el hecho de que son muchos. Y me ensoberbezco de cariño. Y me vuelven a hacer bien, solo con los poderosos hálitos de sus recuerdos.

Mejor así. Ellos saben quienes son. Ellos saben que me prestaron sus oídos, su tiempo, su cariño... y hasta a sus padres. Herman@s putativ@s: díganle a sus papás (mis papás putativos) que los quiero. Que su hijo putativo (léase yo) siempre lo ha hecho y que, si no lo digo más seguido es porque soy un estúpido... que ellos ya saben que lo soy... y que los quiero doblemente por saberlo, comprenderlo, aguantarlo y perdonármelo. Pero díganles, por favor.

QUE TAL DURMIÓ? MMCDLXXXVIII (2,488)

Y hablando de no tener madre... como dormirá el responsable de que no mueran Tarahumaras en Chihuahua por hambre? Y pensábamos que Somalia quedaba lejos... y tenemos nuestra Somalia Rarámuri a unos metros.

MATAME ESTA...

Hoy que ando recordando a mis ancestros, tengo que poner un tango (gracias papá por enseñarme esta música). Pero que sea a manera de bohemia... que sea como, seguramente, fue gestado: NARANJO EN FLOR en una versión que me encueró el chino (o viceversa).